
El Despertar Espiritual y la Enfermedad Mental
“No se puede desatar un nudo si no se sabe cómo está hecho.”
- ARISTOTLE
Aunque el Proceso de Ascensión y la transformación bio-espiritual como manifestación de la evolución de la consciencia humana es un proceso absolutamente natural del ser humano, éste ha sido malentendido y hasta condenado a lo largo de la historia. Incluso hoy en día, el proceso transmutativo de la Kundalini y la metamorfosis humana en general no se comprenden y sus síntomas están en su mayoría patologizados. Los enfoques psicológicos y psiquiátricos institucionalizados de la salud mental no comprenden este proceso y tienden a medicar a los individuos que comienzan a presentar síntomas de transmutación. Esta aproximación institucional ve como “enfermedad” todo aquello que se desvíe de lo que hemos catalogado como “normal”, y no entra a cuestionar que esto que hemos llamado “normal” es quizás patológico en si mismo, justamente la causa del desequilibrio mental y físico tan común en nuestros días.
La religión institucionalizada tampoco resulta ser una alternativa de apoyo para quienes están viviendo este proceso. Aun cuando la literatura sobre este proceso transmutativo abunda, está en su mayoría oculta detrás de metáforas ininteligibles o contenida en manuscritos secretos que han sido quemados o escondidos del público. La información accesible a las masas ha sido distorsionada para crear desinformación y fortalecer la conciencia basada en el miedo y la separación en lugar de apoyar su disolución. Las religiones institucionalizadas se han convertido en instrumentos al servicio de las agendas de opresión y control de la consciencia humana.
Muchos de los síntomas de la transformación han sido demonizados a lo largo de la historia de la humanidad. Históricamente, muchos de aquellos que han podido ascender y liberar de su sistema multidimensional todos los patrones y estructuras basados en el control y el miedo para así encarnar el amor incondicional y la conciencia cósmica, han sido vistos como malvados o peligrosos y perseguidos por ser diferentes y contradecir el orden establecido. Brujas, hechiceros, magos, curanderos, sanadores, sacerdotes, sacerdotisas y demás individuos que han tenido una conexión profunda con la naturaleza y con el mundo espiritual, han sido percibidos como personas a las que se les debía temer. Muchos de ellos terminaron siendo perseguidos, quemados, degollados, exiliados de sus tribus o comunidades, o asesinados socialmente. Esta memoria aun está viva en la consciencia colectiva y su procesamiento consciente es parte de la sanación de todo humano.
La medicina occidental tampoco es un recurso de apoyo. Se alejó de la comprensión holística de la experiencia humana y refuerza un entendimiento fragmentado del ser humano y del proceso de curación, al separar el cuerpo físico de los cuerpos mental, emocional y espiritual. Ve la enfermedad como algo causado a nivel físico y, por lo tanto, como algo que debe arreglarse a nivel físico, en lugar de comprender que el plano físico es el “reino de los efectos” en el que se expresa y se ve manifiesto aquello que existe en los planos emocionales, mentales y espirituales. La medicina occidental en su mayoría, reduce la causalidad al plano físico y desconoce la multidimensionalidad del ser humano y la interrelación entre todos estos niveles y dimensiones. Además, sus enfoques de tratamiento ahora están entrelazados con las compañías farmacéuticas y sus intereses estrictamente financieros, distorsionando su intención humanitaria original.
Los enfoques chamánicos transculturales y algunas escuelas de medicina tradicional china comprenden este proceso bio-espiritual evolutivo. Sin embargo, los enfoques de sanación y bienestar (espiritual, mental y física) accesibles a la mayoría de humanos aún necesitan expandir sus suposiciones filosóficas y conceptuales y sus consecuentes prácticas para así poder abarcar, entender y apoyar el proceso evolutivo de la consciencia humana. El proceso de Ascensión en sí cuestiona y deconstruye los cimientos teóricos y de entendimiento de realidad sobre los que descansan estos enfoques fragmentados, razón por la cual es probable que cambios en ese frente no se vean pronto.
Esto deja a la persona que atraviesa este proceso y sus síntomas completamente sola en un mundo en el que los sistemas que supuestamente están desarrollados para apoyar el bienestar humano terminan inhibiendo el proceso en lugar de apoyarlo.
Al no comprender a fondo cómo funciona nuestra naturaleza multidimensional, estamos favoreciendo y reforzando colectivamente una conciencia de separación basada en el miedo que nos encierra en una comprensión y experiencia del ser humano muy estrecha. Es a través de este lente miope que percibimos la transmutación humana y sus síntomas como patológicos y, por lo tanto, como algo que debe ser “erradicado” o “detenido”. Debido a la falta de información y comprensión del Proceso de Ascensión, -el proceso individual y global de transformación de la conciencia que vivimos actualmente-, estamos abortando el surgimiento y la expresión de nuestra verdadera naturaleza interior. Al no entender cómo funciona el humano realmente, y en qué consiste el proceso de expansión de la consciencia, estamos bloqueando la siguiente fase de la evolución humana.
Como parte del Gran Despertar, cada vez más de nosotros comenzaremos a experimentar la transmutación y experimentaremos los síntomas de la muerte del ego y la apertura de la mente y el corazón cósmicos. Comprender de qué se trata este proceso y cómo navegarlo es esencial para poder apoyar el proceso y fluir a través de él con mayor facilidad, en lugar de resistirlo por miedo y malentendidos. Todo nuestro sistema operativo está cambiando. TODO acerca de la experiencia humana está viviendo una transformación, tanto dentro como fuera de nosotros en “el mundo”. Aprender sobre el proceso desarrolla nuestras capacidades de confianza y entrega necesarias para entrenar la Actitud de Sanación y dominar el Poder de Permitir. Lo más importante es que nos ayuda a aclarar el malentendido creado por un enfoque que patologiza e inhibe farmacéuticamente el proceso humano más sagrado: el renacimiento y encarnación del Espíritu Humano.